Hoy han sido las elecciones a los diferentes consejos escolares de los centros escolares de la Comunitat Valenciana. En parte porque había pocos candidatos (cuando decidí presentarme todavía ninguno) y en parte por el compromiso decidí presentarme como candidato para pertenecer al consejo escolar de la Sénia.
Lo triste es que de ciento cuatro profesores y profesoras sólo nos hemos presentado cuatro compañeros para la renovación de cuatro de las plazas, esto es, el mínimo imprescindible para cumplir con la representación que los profesores y profesoras tenemos asignada. Bueno, no tengo nada de tiempo libre, excepto los domingos que procuro estar con mis hijos, pero entre semana nada, de manera que bueno, habrá que sacar el tiempo de donde se pueda. Lo que no se puede hacer es criticar el trabajo que hacen otros compañeros y compañeras, muchas veces de manera desinteresada, y en todo caso, nunca bien pagado; sin estar dispuesto en cambio a arrimar el hombro cuando vemos que algo no funciona como debería. Estar en el consejo escolar significa, de alguna manera, participar de las decisiones de lo que es el máximo órgano democrático de los centros escolares, y bueno, si uno está comprometido con el trabajo que hace, y aspira a que las cosas se vayan haciendo algo mejor, pues bueno hay que estar ahí y sacar el tiempo de donde sea.
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